Polvo de curry: el tesoro amarillo de la India

El curry es un ingrediente esencial en la cocina india, algo normal, ya que esta especia proviene de este país.
Teniendo en cuenta la gran variedad en la mezcla de ingredientes, puede considerarse una ciencia y a su vez se aclara el hecho de que haya tantísimos sabores diversos. Resulta interesante saber que el polvo que consumimos en Europa no es el mismo que se consume en la India.

El término Curry procede de la palabra Tamil kari. Traducido literalmente, significa salsa. La palabra curry en su origen, hacía únicamente referencia a un guiso similar al que se come en la actualidad con arroz o pan. El término actual procede de los británicos, que en el siglo XVIII crearon una mezcla para satisfacer los gustos europeos. Esta mezcla se elabora todavía en la india, pero sólo se utiliza para la exportación, ya que no tiene las características de sabor que gustan a los habitantes de este país.

Hay un sinfín de posibilidades para crear mezclas de esta especia. La composición varía según la región y el plato que se cocine. Dependiendo de si se trata de pescado, carne, verdura o pollo o de en qué región se cocine se elaborará de un modo u otro. La mezcla de especias suele llevar al menos 13 ingredientes distintos y hay mezclas que cuentan hasta con 36.

Aunque haya tantas versiones distintas, hay especias que aparecen como base casi en todas las mezclas. Entre ellas, destacamos la cúrcuma (responsable del característico color amarillo) el cilantro, el comino y la pimienta negra. Todas estas son responsables del típico sabor del curry.

Pero el curry en polvo no sólo tiene un maravilloso sabor y da a los platos un toque especial, sino que también tiene efectos positivos sobre la salud. Si se consume regularmente es capaz de estabilizar los niveles de colesterol y reducir inflamaciones. Además a la cúrcuma se le atribuyen propiedades anticancerígenas.

Desde que los británicos se encargaron de traer el polvo de curry a Europa, se ha ido extendiendo a todo el mundo e incluso incorporándose a platos tradicionales de otros países. Es el caso de la Currywurst en Alemania, el Curried Goat de Jamaica o el Katsu Kari de Japón.